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¿Qué plantas son tóxicas en los gatos?

¿Qué plantas son tóxicas en los gatos?

La intoxicación por plantas generalmente es accidental, y suele darse en gatos que tienen fácil acceso a parques, jardines y, sobre todo, a las propias plantas de casa. 

Los gatos son carnívoros estrictos y, a pesar de ser menos curiosos que los perros, también muestran cierto interés hacia las plantas, mordiendo las hojas, tallos, flores y, ocasionalmente incluso ingiriendo sus semillas. Aún se desconoce la razón por la que estos animales desarrollan estas conductas, pero una de las hipótesis es que la fibra vegetal favorece su tránsito intestinal, ayudando a expulsar las bolas de pelo y, a su vez suponen un enriquecimiento nutricional a su dieta, aportando vitaminas y minerales presentes naturalmente en la planta. Otras formas de exposición incluyen la ingestión del agua del florero, la exposición por contacto  oral, dérmico u ocular y la inhalación de humo procedente de la planta. 

La toxicidad de una planta puede variar considerablemente en función de diferentes factores como la familia a la que pertenezca y la cantidad y las partes que hayan sido ingeridas. Ahora bien, todas las plantas, incluso el césped, pueden tener un efecto irritante sobre el sistema gastrointestinal del gato. Afortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, los gatos presentan signos de intensidad leve a moderada y autolimitantes, como vómitos y diarrea. Efectos sistémicos que afecten a hígado, riñón, sistema nervioso central o a cardiovascular son menos frecuentes, aunque algunas de las plantas que tenemos a nuestro alrededor pueden originarlos.

También es importante recordar que, en algunas ocasiones, el contacto con los tallos, las hojas o la savia de una planta puede provocar irritación de la piel del gato, dando lugar a erupciones e hipersensibilidad a la luz del sol, y también ampollas y picor en la boca y en las encías, estornudos y problemas oculares. Un ejemplo son las hojas de plantas comestibles como el tomate, la fresa, la zanahoria, el apio, el calabacín y el pepino.

Plantas potencialmente peligrosas

El listado de plantas potencialmente peligrosas es muy largo, y varía en función de la localización geográfica en la que se encuentre el gato. La flora europea presenta muchas menos especies peligrosas que la flora africana y americana.

Encabezando la lista encontramos unas plantas ornamentales muy populares, mayoritariamente usadas en eventos y celebraciones, las Liliáceas. Esta familia incluye muchos géneros, pero los que han sido descritos como nefrotóxicos para gatos son el género Lilium y el Hemerocallis.

Durante la época navideña algunas plantas ganan protagonismo en las casas, como en el caso de la Euphorbia pulcherrima, más conocida como flor de Pascua o poinsettia. Su savia es rica en euforbina, una sustancia tóxica que al entrar en contacto con los ojos y la piel del gato puede provocar dermatitis y problemas oculares. Sin embargo, la ingestión de la planta puede resultar en irritación de la mucosa, salivación, vómitos y raramente diarrea. 

En estas mismas fechas navideñas, hay que prestar especial atención también a otras dos plantas, de curioso parecido a nivel externo, el Viscum album o muérdago, y el Ilex aquifolium o acebo. El muérdago contiene viscotoxinas en sus hojas y raíces, unas glucoproteínas con efectos neurotóxicos y cardíacos. A su vez, el acebo contiene muchas sustancias como ilicina, ilexantina, teobromina y taninos que provocan desórdenes gastrointestinales, vómitos y diarrea. 

Otras plantas potencialmente tóxicas para los gatos son el potos, la azalea, la adelfa o laurel de flor, el ricino o higuera del diablo, los crisantemos, el ciclamen o violeta persa, la hiedra, la estrella de belén o ornitógalo, y los helechos, entre muchas otras.

Diagnóstico y tratamiento

La identificación de las plantas sospechosas es esencial, así como conocer el lugar donde reside el animal y otras zonas que pueda frecuentar, más allá de su propia casa. En muchas ocasiones, los nombres comunes de las plantas pueden variar de una región a otra, de forma que su identificación debe basarse en el nombre científico, para evitar errores.

Es importante destacar que, los antídotos no existen para la mayoría de plantas tóxicas, de forma que el tratamiento suele ser sintomático y de soporte, y variará en función del tipo de planta involucrada en la intoxicación y de los signos clínicos que presente el gato.

El objetivo del tratamiento consiste en inducir la emesis en el animal, reducir la absorción de la toxina o, en el mejor de los casos, eliminarla del organismo. También se puede recurrir a los lavados gástricos y al uso de carbones activos, taninos y sustancias catárticas. En términos generales, el aspecto más importante del tratamiento es asegurar un correcto funcionamiento fisiológico y estabilizar las constantes vitales.

Después de una primera descontaminación del organismo, se administrará fluidoterapia para corregir la deshidratación, pérdidas digestivas y prevenir el fallo renal. Se mantendrá la monitorización de las funciones cardiacas, hepáticas y renales. Otros sistemas orgánicos que pueden verse afectados por la intoxicación y que han de ser monitorizados son el sistema neurológico y el sistema gastrointestinal. Puede resultar necesario realizar hemogramas y bioquímicas de control en el momento de la llegada del animal y a las 24, 48 y 72 horas desde la exposición al tóxico.

Prevenir las intoxicaciones dentro de casa es relativamente sencillo si conocemos cuáles son las plantas potencialmente tóxicas para los gatos y las retiramos para evitar exposiciones innecesarias. En el caso de los gatos que no son estrictamente indoor, la situación se complica porque tienen acceso a muchos otros lugares donde resulta difícil prevenir la exposición al riesgo.

Para todos aquellos gatos que muestran interés por las plantas, una alternativa sería adquirir plantas seguras y beneficiosas, con efectos positivos para su salud, y dejarlas a su disposición para que puedan jugar y mordisquearlas. Algunos ejemplos son la valeriana o el catnip.

 

Referencias bibliográficas:
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